
El viceministro Álvaro Arnez destacó el avance clave para posicionar al país en mercados internacionales con estándares de bajas emisiones.
Este viernes, Bolivia oficializó su incorporación al Sistema de Certificación de Hidrógeno Limpio para América Latina y el Caribe (Certhilac), un hito que consolida su estrategia para liderar la producción y exportación de hidrógeno verde bajo estándares regionales.
La adhesión permitirá al país garantizar la trazabilidad del hidrógeno bajo en carbono, certificando datos críticos como la intensidad de emisiones, el origen del agua y la energía utilizada en su producción.
«Este es un paso firme, soberano y estratégico para construir un futuro energético limpio, no solo para Bolivia, sino para la región», afirmó Álvaro Arnez, viceministro de Energías Alternativas, durante el acto de presentación.
La iniciativa, respaldada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), busca generar capacidades técnicas para integrar al país en mercados globales.
Edwin Malagón, representante del BID, explicó que el objetivo es «contar con un documento que respalde la apertura comercial y posicione a Bolivia como referente en hidrógeno limpio».
La medida se alinea con la política de transición energética del presidente Luis Arce, enfocada en modelos sostenibles y respetuosos con la Madre Tierra. Como parte de esta visión, Bolivia desarrolló, con apoyo del BID, la Hoja de Ruta del Hidrógeno Verde y la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde, presentadas en 2024.
Estos documentos proyectan al país como un actor relevante en la industria global del hidrógeno hacia 2050, aprovechando su excepcional potencial en energías renovables: radiación solar (una de las más altas del mundo), recursos eólicos, hidroeléctricos y de biomasa.
«Nuestros recursos naturales nos ubican en una posición estratégica. CERTHILAC no solo valida nuestros proyectos, sino que fortalece la credibilidad ante inversionistas», agregó Arnez.
Con esta adhesión, Bolivia busca atraer capitales, generar empleos y diversificar su economía, reduciendo la dependencia de combustibles fósiles y avanzando hacia una matriz energética sostenible.
FUENTE: LA RAZÓN